Zeiss ha presentado la tecnología Smart Glass, que dota a cualquier cristal de un sinfín de nuevas funciones. La idea es convertir los omnipresentes cristales transparentes en algo nuevo a petición del usuario. Pueden tener funciones distintas según su ubicación: en un coche, un piso, un edificio de oficinas, etc.
La tecnología se basa en la creación de una película de polímero impregnada de elementos conductores de luz controlados externamente. Conserva la transparencia del vidrio hasta en un 92% y añade capacidades de control, proyección, filtrado y detección de la luz. Esto permite realizar una gran variedad de opciones útiles, pero Zeiss no tiene previsto hacerlo. Quieren producir una plataforma sobre la que otras empresas construyan sus propios productos comerciales.
Como ejemplo, los desarrolladores ofrecen una variante de cristal con función de pantalla para conectar gadgets. Si se desea, la pantalla puede convertirse en táctil, aunque con algunas limitaciones. En otra variante, el cristal hace las veces de cámara, recogiendo información visual del espacio circundante, sin dejar de ser el propio cristal: no es necesario instalar dispositivos adicionales. Esta tecnología también es idónea para realizar funciones de realidad aumentada para las ventanillas de los coches.